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SOLTAR, TAN NECESARIO COMO RESPIRAR

Soltar El Arte de Dejar Ir

Soltar es una de las lecciones más profundas y necesarias de la vida. Aprender a dejar ir aquello que nos ata, cortar lazos con situaciones que ya cumplieron su ciclo y liberarnos del peso del pasado no solo nos permite avanzar, sino que también nos devuelve la paz interior. Sin embargo, no siempre es fácil. Nos aferramos a personas, recuerdos, relaciones y hasta dolores como si fueran parte esencial de nuestra identidad, cuando en realidad, muchas veces son lastres que nos impiden crecer.

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Relaciones Que Se Aferran al Pasado

Las relaciones humanas están en constante transformación. Hay parejas que terminan, pero uno de los involucrados sigue viviendo como si nada hubiera cambiado. Se crea una especie de doble vida, donde la ilusión de lo que fue sigue presente, impidiendo la apertura a nuevas experiencias. Estas dinámicas generan sufrimiento, no solo para quienes las viven, sino también para quienes intentan compartir su vida con ellos. No se crece ni se deja crecer.

Familias y Vínculos Tóxicos

El ámbito familiar no está exento de estas ataduras emocionales. En muchas familias, algunos miembros se convierten en relaciones tóxicas debido a comportamientos hirientes, manipulaciones o simplemente porque solo están presentes cuando les conviene. A veces, el peso de la sangre se convierte en una carga que nos impide decir «basta».

Existen familiares que traicionan, perjudican, envidian y hasta crean conflictos con el único propósito de desacreditarnos. Algunos lavan sus propios errores señalando a otros como culpables, mientras forman bandos para alimentar su ego o sentirse superiores. Estas dinámicas no solo generan dolor, sino que también roban energía y nos atrapan en un ciclo de desgaste emocional.

La Importancia de Poner Límites

Romantizamos viejas relaciones y vínculos familiares sin darnos cuenta de que, a veces, el verdadero crecimiento radica en aprender a establecer límites. Es fundamental reconocer qué relaciones suman y cuáles solo nos restan. Si una persona solo acude a nosotros cuando necesita algo, si nos manipula o si nos hace sentir menos, es momento de soltar.

Decir «basta» no significa odiar o guardar rencor, sino elegirnos a nosotros mismos. Crecer es entender que no estamos obligados a sostener relaciones que nos dañan solo por el peso del pasado o los lazos de sangre. La familia no siempre es la que nos toca por nacimiento; muchas veces, la verdadera familia es la que elegimos a lo largo del camino, aquella que nos sostiene sin condiciones.

Sanar Es Soltarsoltar

Soltar no es olvidar, sino liberar. Es reconocer la sombra, el lado oscuro de nuestro árbol genealógico y tomar la fortaleza para alejarnos de lo que nos hiere. Sanar implica darnos el permiso de priorizarnos, de soltar las expectativas impuestas y de dejar de cargar con heridas ajenas. Cada persona debe hacerse responsable de su vida, de sus actos y de sus consecuencias.

Cuando aprendemos a soltar, creamos espacio para lo nuevo. Hacemos vacíos en nuestra vida para que el universo pueda llenarlos con nuevas oportunidades, con vínculos sanos y con personas que realmente sumen a nuestro crecimiento. La vida es demasiado corta para sostener relaciones que solo nos desgastan. Es tiempo de aligerar la mochila y caminar más livianos.

Preguntas para Reflexionar

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    • ¿Qué relaciones o situaciones sientes que te atan al pasado y te impiden avanzar?
    • ¿Te has sentido culpable por alejarte de personas que no aportan bienestar a tu vida?
    • ¿Cómo podrías establecer límites sanos sin sentirte en deuda con los demás?
    • ¿Has considerado que soltar no es perder, sino ganar espacio para nuevas experiencias y personas?
    • ¿Cuál es el primer paso que podrías dar hoy para liberarte de algo que ya no te pertenece?

Soltar es tan necesario como respirar. Es elegirnos, honrarnos y permitirnos crecer sin ataduras. Porque al final del camino, lo que realmente importa no es lo que dejamos atrás, sino lo que permitimos que llegue a nosotros con el corazón libre.

A modo de Conclusión

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Soltar es crecer, porque implica asumir las consecuencias con valentía y, sobre todo, perdonarse. Es comprender que cada etapa tuvo su razón de ser y también su final. Cada error fue un maestro, como cada caída abrió la puerta a una mirada más profunda sobre la vida y las relaciones. Que hay una familia de sangre y otra familia del alma.

Al soltar, dejamos atrás el peso del pasado y aprendemos a valorar a las personas desde un lugar más auténtico, donde el compromiso surge como un lazo genuino entre almas que se eligen desde la libertad.

Feliz Vida 😊

Sabiduría de la Vida 😊

Las fotos están en su rinconcito 📷

24 respuestas a «SOLTAR, TAN NECESARIO COMO RESPIRAR»

Que tema difícil ese de soltar.
Difícil porque a veces nos cuesta soltar y también porque no terminamos de dejar que nos suelten y seguimos viviendo dentro de una nube que aunque no sea tóxica del todo, nos impide ser y crecer.
Cuando viví un divorcio, mi ex marido seguía visitando la casa, opinando sobre situaciones y hasta deseando tomar decisiones y pese a él ya tener su nueva pareja y… descubrí que eso ocurría por dos razones: los hijos que le daban derecho a opinión y también porque al aportar dinero, se sentía con derecho a la opinión y la decisión.
Recién cuando le dije basta, que incluso lo primero que hizo fue cortar toda ayuda económica, pude cortar con ese vínculo energético tóxico y residual que no servía ni dejaba vivir.
Y sobre los familiares es lo mismo pero potenciado por eso de ¿Cómo vas a hacer eso? de todos los demás. Tomas la decisión de alejar o alejarte de un familiar tóxico y la misma familia te crucifica, te pone como lo peor y lo más triste, que al que tú sabes es el que su conducta o actitudes te dañan, a ése lo ponen como víctima.
Triste 😥
Que lindo articulo 👏
Besos y bendiciones 😘

Tu comentario Rebeca, es tan real como honesto porque toca una de las mayores dificultades al soltar: no solo el acto de hacerlo, sino también lidiar con la resistencia de los demás.

Soltar no es solo dejar ir físicamente a alguien, sino cortar esos lazos invisibles que siguen atándonos a dinámicas dañinas. En tu caso, tu ex pareja seguía presente, no solo por los hijos (que es una situación que muchas veces exige convivencia y comunicación), sino porque el aporte económico se usaba como una herramienta de control. Y es un patrón muy común: muchas veces, quien sigue sosteniendo cierto poder sobre nosotros lo hace a través de lo material o la opinión social.

Lo que mencionas sobre la familia es otro punto clave. Tomar distancia de alguien tóxico dentro del círculo familiar no solo significa lidiar con esa persona, sino con todo el sistema que la rodea, que muchas veces prefiere mantener el statu quo y condena a quien rompe con él.

Es curioso cómo, en muchas ocasiones, el que se atreve a poner límites es visto como el malo, mientras que quien genera el daño es excusado o incluso defendido.

Este comentario que has dejado, da para mucha reflexión. Soltar es un proceso difícil, pero también una prueba de fortaleza y amor propio. Y lo más importante: es la única manera de abrir espacio para lo nuevo, para lo que realmente suma en nuestra vida.

Gracias Rebeca 🙏
Te mando un gran abrazo de viento a la distancia 🤗

Cuanta razón tienes, yo divorciada cuidando hijos y sola por ellos, respeto y el señorito con nueva pareja, entraba, salía de la casa como si nunca hubiese existido un divorcio.
Yo jugando a la gilipollas y cabronazo al padre bueno 😡😡

Por tus palabras Nora, diría que aún cargas con esa herida abierta y la indignación de haber vivido algo tan injusto. Te comprendo y tienes mucha razón.
Tu enojo refleja no solo dolor, sino también esa frustración de darte cuenta, quizás con el tiempo, de que fuiste demasiado tolerante mientras tu ex hacía lo que quería, manteniendo una falsa imagen de «padre presente» cuando en realidad nunca soltó del todo su control.

Lo que sí te diría es que no fue «jugando a la gilipollas», sino que actuactes con el respeto y la responsabilidad que él no tuvo. Pero lo importante ahora no es el pasado, sino lo que haces con ese aprendizaje.

Soltar no es solo alejarse físicamente, sino también emocionalmente, sin permitir que el resentimiento siga pesando.

Al final, quienes realmente ganan son aquellos que logran liberarse de los lazos que ya no suman, incluso si lleva tiempo. Lo importante es que ahora ves las cosas con claridad y esa es la mejor señal de que estás en el camino de cerrar esa herida.

Y al calificativo de «cabronazo» no se lo vamos a quitar, se lo ha ganado sin lugar a dudas.

Gracias Nora por aportar a todo lo importante que nos había traído Rebeca

Soltar.
Es la paradoja. Asusta y libera. Asusta porque cuando sueltas, no sabes que encontrarás. Qué parte de ti saldrá a la luz. La que es capaz de mirar adelante y caminar sin dar un paso atrás, abriendo camino, soltando lastre, tomando aire. O el «bicho bola», que se queda quieto, casi sin respirar, esperando a que todo pase lo más rápido posible, sin rozarnos, sín tocarnos. Cada cual tiene su táctica. O su recurso. O lo que sea que le venga dado. Hay que aprender a soltar sin sentimiento de culpa. El miedo no se puede evitar, pero sí aprender a superarlo. Reconocer que es normal. Que no es malo sentirlo. Que si hay que pedir ayuda, se pide. A gritos o en voz baja. Con la mirada, con gestos. Siempre hay alguien que te escuchará. Que sabrá entender tu decisión. Y si hay que hacerlo en solitario, se hace. Se aprende. Se aprende a caer y a levantarse. Las veces que haga falta.
Soltar libera y enseña. Soltar te devuelve a la persona que eras. Más fuerte, más madura. Más tú.
Hay que aprender a soltar.
Feliz vida, Amigo Sabio.
Abrazo infinito.

La verdad que tu comentario Keti, es pura poesía y sabiduría en sí mismo. Tu forma de describir la paradoja de soltar es increíblemente real: da miedo y al mismo tiempo libera. No sabemos qué parte de nosotros se manifestará cuando soltamos algo o a alguien.

Me encanta cómo planteas las dos maneras de reaccionar: la del que sigue adelante con determinación, aunque con temor y la del que se repliega como un «bicho bola», esperando que todo pase sin hacer ruido. Ambas son válidas, porque cada uno tiene su proceso, su propio ritmo para soltar. Pero lo más importante es lo que mencionas sobre la culpa y el miedo. Sentir miedo no significa estar equivocado, solo significa que estamos vivos y enfrentando algo importante. Y pedir ayuda, aunque a veces parezca un acto de vulnerabilidad, es en realidad una muestra de valentía.

«Soltar te devuelve a la persona que eras. Más fuerte, más madura. Más tú.» Esa frase lo dice todo. Porque al soltar no solo dejamos atrás algo, sino que nos reencontramos con nosotros mismos.

Keti dejaste un comentario tan hermoso que casi no necesita respuesta, pero te mereces un reconocimiento.

Un abrazo infinito para ti también. 💜

Es tan cierto eso que hay personas que no valen una mierda y nada dice, ni en ningún lado está escrito, que tales tristes seres no puedan estar dentro de una familia. Sería tonto e ingenuo solo pensarlo que las personas mierdas no tienen familia, son lobos solitarios, que va.
Pobre la familia que les toca uno de estos personajes de cartón, de plástico, de basura o de nada.

Y sobre las parejas y los vinculos, la verdad que cuando se termina, se termina y no más vueltas, aunque cueste, duela o te prometan el oro del mundo. No te lo dieron cuando funcionaba, a otro lado con el chiste que justamente ahora que se rompió, vienen con todo el oro jaja. Donde no puedas amar, no te demores, huye y además cierra la puerta. (Porque no se van ni entran, se quedan en la puerta rompiendo las bolas para que tampoco pueda entrar nadie).

Ah, otra cosa sobre soltar, no es necesariamente un sacrificio ni un adiós, sino más bien un «gracias» por todo lo aprendido.

Te dejo una frase, no es mía pero la uso como si lo fuese: Suelto, entrego, confío y agradezco, porque hay que dejar ir lo que no quiere quedarse, lo que pesa, lo que ya es falso… Para permitir así que en nuestro corazón solo quede lo que es auténtico.
Chau, besos y abrazos, abrazos y besos

🙏😂😂 se quedan rompiendo las bolas en la puerta 🙌🙌🙌
🤣🤣🤣
Tal cual, así es 🤣🤣🤣
El perro del hortelano😂
ya no 👉👌 pero tampoco
deja 👉👌
🤭🤭

Tu comentario Caro, me encanta; tiene una fuerza increíble, es directo, crudo y sincero, pero sin perder esa chispa de ironía que lo hace tan expresivo.

Tienes razón en algo muy importante: hay personas que simplemente no valen la pena, y nada nos obliga a mantenerlas en nuestras vidas solo porque la sociedad nos enseñó que la familia es intocable. La realidad es que hay vínculos familiares que pueden ser más dañinos que cualquier relación externa.

Tu forma de hablar sobre las parejas es también un golpe de verdad: cuando algo se termina, se termina. No hay oro que pueda reparar lo que no se dio cuando se debía. Y lo mejor es esa imagen de cerrar la puerta para que los fantasmas del pasado no sigan rondando y bloqueando nuevas oportunidades.

Pero lo más lindo de tu comentario es el cierre, cuando dices que soltar no es solo sacrificio ni despedida, sino un «gracias» por lo aprendido. Eso cambia completamente la perspectiva, porque soltar no significa perder, sino liberar y crecer.

Y la frase final es una joya: «Suelto, entrego, confío y agradezco.»

Además Caro, pienso que habría que agradecerte por tu sinceridad y por recordarnos que soltar es un acto de amor propio.
¡Besos y abrazos de vuelta para ti!

Yo digo que las heridas muchas veces también nos las hacemos nosotros mismos. Cuando una relación, pareja o matrimonio se termina o decidimos se termina, hay que ser sensatos y hacer tripa corazón y realmente terminar y cortar todo.
Al final por ser buenos dejamos vínculos y puertas abiertas y nos quedamos en una suerte de limbo donde jamas cambiamos y nada cambia y el tiempo pasa, la vida se va
Al cabo de los años, descubrimos que nos hemos pasado la vida en ese limbo y los cabrones viviendo su vida y bajando las bragas a cualquiera.
Fin

Nora, lo has dicho sin rodeos y con una claridad brutal: muchas veces nos hacemos daño nosotros mismos por no soltar del todo.
Nos quedamos en ese limbo, creyendo que dejar puertas entreabiertas es un acto de bondad o sensatez, cuando en realidad solo nos ata al pasado y nos impide avanzar.
Y mientras tanto, quienes nos hicieron daño siguen con su vida sin mirar atrás.

Lo más impactante de tu comentario es esa imagen final, porque muestra lo absurdo de aferrarse a algo que ya no existe mientras el otro sigue adelante sin remordimientos.
Tienes razón en algo fundamental: soltar no es solo un acto emocional, sino una decisión real y firme.

Nora, tu reflexión es tan cruda como real y más de uno seguro se ha visto reflejado en tus palabras. Al final, el verdadero «fin» solo llega cuando dejamos de engañarnos y nos atrevemos a vivir para nosotros mismos.

Gracias 🙏
Te mando un gran abrazo de viento a la distancia 🤗

El hombre siempre gana, aunque me digan que eĺ perdió, es mentira. El siempre encuentra otra y nosotras nos quedamos encerradas e nuestra vida sin volver a amar

Tu palabras reflejan una sensación de desigualdad emocional que muchas personas han experimentado. Casi que es el eje de todos los comentarios.

Hay algo de cierto en tu percepción: socialmente, los hombres son de recibir menos juicios cuando pasan de una relación a otra, mientras que muchas mujeres enfrentan más barreras, ya sean internas o externas, para volver a amar.

Sin embargo, también hay algo que no es una verdad absoluta: nadie está condenado a quedarse encerrado en su vida sin volver a amar. Si bien el duelo, el dolor y la costumbre pueden hacer que parezca difícil abrirse de nuevo, la clave está en entender que el amor no es una cuestión de suerte o destino, sino de decisión y autovaloración.

Bien podría decirte que el amor no es una competencia ni una cuestión de quién «gana». A veces, la verdadera victoria es sanar, aprender y darse la oportunidad de vivir nuevas historias, sin quedarse atrapada en el pasado.

Te mando un abrazo de viento a la distancia Cintia 🤗

Parte del problema está en nosotras, dejando de vivir nuestras vidas por la sociedad o por no saber lidiar con ella.
La sociedad es machista, el hombre más mujeres tiene, mas hombre es visto y en cambio la mujer más loca, fácil y hasta puta.
El hombre se separa y rápido hace pareja además todos decimos no pueden estar solos y nosotras nos la pasamos criando nuestros hijos, cuidando la casa y cuando acordamos o decidimos cambiar ya se nos fue gran parte de la vida. Años y años

Ay Lucre, creo que pones el dedo en la llaga con una realidad que, aunque está cambiando, sigue presente en muchas sociedades. El problema no es solo la cultura machista, sino también la manera en que muchas mujeres terminan absorbiendo esos roles sin cuestionarlos hasta que ya ha pasado demasiado tiempo.

Es cierto que socialmente se juzga distinto a hombres y mujeres después de una separación. Pero también es verdad que muchas veces las mujeres mismas se postergan, se enfocan en los hijos, en la casa, en lo que «deben hacer», mientras que los hombres suelen priorizar rehacer su vida sentimental sin que eso afecte otras áreas de su vida.

Sin embargo, el punto clave aquí es que nunca es tarde. No se trata de «competir» con los hombres para ver quién rehace su vida primero, sino de entender que cada persona tiene derecho a vivir su propia felicidad, más allá de lo que la sociedad piense.

Si bien, es cierto que de alguna manera se ha creado ese modelo que enseña a la mujer a quedarse en su casa, a cuidar, a sostener, pero también podemos aprender a cambiarlo La vida no se acaba a los 30, a los 40 ni a los 50. Siempre hay tiempo para elegirte a ti misma Lucre.
Abrazo de viento

Mi ex siempre fue un enigma, nunca me llevó el apunte, ignorandome hasta la hora cuando vivía su mundo y en sus cosas, pero se encendió en cólera cuando me alejé de un lugar donde nunca me sentí incluída ni tampoco amada😂

… pero te fuiste y me dejaste 🤣

20 días le duró el pataleo, antes del mes ya estaba en pareja 😡😇🤷

Irene, creo que aunque lo cuentas con humor, en el fondo hay una gran verdad: algunas personas solo reaccionan cuando sienten que han perdido el control sobre alguien, no porque realmente valoren la relación.

Lo que dices refleja ese clásico comportamiento donde una persona ignora a su pareja durante la relación, pero cuando la otra decide irse, de repente «despierta» y se llena de reclamos. No porque realmente le importe, sino porque su ego no soporta perder.

Lo curioso es que, como dices, el enojo duró poco… y antes del mes ya estaba en otra relación. Eso demuestra que lo suyo no era amor, sino apego o costumbre.

Al final, me parece que te llevaste la mejor partedel pastel: saliste de un lugar donde no te sentías amada y ahora puede reírte de ello.
🤗🤗

Muchas mujeres lastimadas y escribiendo con razón, los hombres a veces nos ponemos la ropa de todo sigue y es como más simple.
Y no hablemos de ese grupo que no puede estar sin sexo y busca pareja fundamentalmente para eso. Los hay y muchos.
Pero ojo que hablamos de soltar y no solamente de parejas heridas o de hombres deseosos de amor, hay de todo en la vida y todo es para soltar.
Frustraciones, logros que no se alcazaron y seguimos abrazando, jefes y trabajos de mierda, hijos descarriados, padres enfermos, amigos que nos fallaron, socios que nos estafaron y… todo es para soltar y dejar atrás.

Por cierto, muy buenas las publicaciones y las respuestas un caño, de lo mejor que he leído y eso que leo mucho 👏

Erick, has dado en la tecla.
Nos enfocamos mucho en soltar relaciones rotas, pero hay tantas otras cosas que cargamos y nos pesan: las frustraciones, los sueños que no se cumplieron, los trabajos que nos desgastan, las amistades que decepcionan, los lazos familiares difíciles…

Soltar no es solo un acto de amor propio en pareja, es un ejercicio de liberación en todos los aspectos de la vida.

Me encantó cómo lo planteas: soltar es dejar atrás lo que ya no nos sirve, lo que nos drena, lo que nos ata a un pasado que no suma.

Y qué bueno que valores tanto las publicaciones y las respuestas. Demuestras ser alguien con criterio y con una mirada amplia. Tus palabras aportan una perspectiva más completa sobre lo que significa soltar.

Gracias amigo, abrazo de viento a la distancia 🤗

Te digo algo? ya se que no sos vos el que reclama pero hay cada minas hoy en día que por algo también pasa lo que pasa y las mujeres ven lo que encuentran.
Yo me separé dos semanas de mi mujer, salí con tres pendejas de 20 y alguna ya largos 30 y todas decían ‘holi’, ‘amé’, ‘estallé’.
Me harté y le pedí a mi señora que volviéramos, mujeres eran las de antes, las de ahora van a vivir toda la vida solas, tendrán un filo de vez en cuando pero nada más

Hugo, parece que en esas dos semanas te diste un paseo exprés por las nuevas generaciones y no te convenció el panorama. Pero tal vez la clave no está en comparar ‘las de antes’ con ‘las de ahora’, sino en preguntarse qué es lo que uno realmente busca en una relación. Y ojo, porque generalizar es peligroso: hay de todo, como siempre. Quizás el problema no es ‘ellas’, sino las expectativas con las que salimos a buscar a ‘ellas’

Será como dices amigo, te digo, no es contigo lo que opino.
Pero si de soltar se trata, cuando les agarra la chiripiorca, hay que soltarles la mano de inmediato. Es lo que tenemos

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