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LAS LEYES DE LOS SABIOS

Llegamos a la conexión entre karma, dharma y las leyes de los sabios.

A lo largo de este viaje, hemos explorado las profundidades de conceptos tan fundamentales como el karma. Su influencia en nuestras vidas. Hemos reflexionado sobre cómo este puede ser manipulado por fuerzas ajenas para su propio beneficio. También hemos distinguido entre sus tipos y propósitos, abriendo la puerta a una mayor comprensión de su dinámica.

De allí nos adentramos en el dharma, ese principio elevado que no se opone al karma, sino que lo complementa como su contracara luminosa.

El dharma nos habla de nuestra misión, de lo que somos por derecho. De cómo nuestro alineamiento con el orden cósmico nos acerca al propósito esencial de nuestras almas.

Y ahora, como broche de oro para integrar este recorrido, traemos las  leyes de los sabios. Un conjunto de principios que actúan como un mapa espiritual para entender cómo opera el universo en perfecta sincronía. Estas leyes nos recuerdan que cada encuentro, cada suceso y cada etapa en nuestras vidas no son casualidades. Son partes esenciales de un diseño divino, orientado siempre hacia nuestra evolución.

Este enfoque invita a contemplar la vida desde una perspectiva de aprendizaje continuo, aceptación y fe en el fluir perfecto del universo.

Es el cierre perfecto de un ciclo que nos lleva a reflexionar profundamente sobre quiénes somos. Qué hacemos aquí y cómo cada experiencia nos acerca más a la luz y la plenitud.

leyes de los sabios

Las leyes de los sabios

Primera Ley

«La persona que llega a nuestra vida es la persona correcta»

En el tejido cósmico que conecta todas las almas, no hay encuentros fortuitos. Cada persona que se cruza en nuestro camino, ya sea por instantes o durante largos periodos, lleva consigo un mensaje, un aprendizaje o una oportunidad de crecimiento. A veces, estos encuentros nos llenan de amor y otras nos enfrentan a desafíos, pero ambos tienen el mismo propósito: ayudarnos a evolucionar.
Desde esta perspectiva, incluso las relaciones difíciles o los conflictos se convierten en maestros valiosos. Es un llamado a mirar más allá de las apariencias y encontrar el regalo escondido en cada interacción.

Segunda Ley

«Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido»

Esta ley nos invita a soltar el peso de los «hubiera» y «podría haber sido». Todo lo que ocurre, incluso aquello que parece caótico o doloroso, tiene un propósito que va más allá de nuestra comprensión inmediata. Cada experiencia, cada decisión y cada resultado están diseñados para ajustarse a nuestro proceso de aprendizaje personal.
El universo no comete errores; somos nosotros quienes a menudo no vemos el panorama completo. Esta ley es un recordatorio de confiar en la perfección del presente y abrazar la enseñanza que cada experiencia trae consigo.

leyes de los sabios

Tercera Ley

«En cualquier momento que comience, es el momento correcto»

El tiempo no es lineal desde una perspectiva espiritual y esta ley subraya que todo comienza en el momento en que nuestra energía, consciencia y corazón están listos. Nos invita a dejar de lado la ansiedad del «debería haber pasado antes» y aceptar que todo lo que empieza, lo hace en sincronía con nuestra evolución.
Este principio nos anima a soltar las expectativas y a abrirnos a los comienzos espontáneos, confiando en que el flujo natural de la vida siempre sabe cuándo es el momento adecuado.

Cuarta Ley

«Cuando algo termina, termina»

Las despedidas, los cierres y los finales no son castigos ni pérdidas, sino puertas que se cierran para que otras se abran. Esta ley nos recuerda que la resistencia a dejar ir solo prolonga el sufrimiento. Soltar no significa olvidar, sino liberar lo que ya no está alineado con nuestro camino.
Cuando algo termina, ya hemos recibido su enseñanza. Nos invita a mirar hacia adelante con gratitud por lo vivido y con la certeza de que el futuro nos ofrece nuevas oportunidades.

leyes de los sabios
El hilo conductor: el fluir perfecto de la vida

Estas leyes de los sabios son una invitación a confiar en el diseño del universo, a reconocer la perfección incluso en lo que parece caótico y a abrazar la vida con una mirada de aprendiz constante. Cuando las aplicamos, nuestras vidas se llenan de aceptación, gratitud y paz.

Cada una de estas leyes apunta a una verdad esencial: el universo no funciona desde la casualidad, sino desde la sincronía. Todo está conectado, y nuestras almas caminan un sendero que, aunque a veces parece incierto, siempre es perfecto.

leyes de los sabios

Un recordatorio final:

En pocas palabras,  las leyes de los sabios nos dicen al oído que:
«Ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado». Confía en el flujo, en los encuentros, en los comienzos y en los finales. La vida, en toda su imperfección aparente, siempre está trabajando para nuestro bien mayor.

Feliz Vida 😊

Sabiduría de la Vida 😊

Las fotos están en su rinconcito 📷

35 respuestas a «LAS LEYES DE LOS SABIOS»

Buenos días, Sabio.
¿Sabes? Hoy la lectura de tu publicación me ha producido mucha paz porque me ha ayudado a reflexionar sobre cosas que han ido sucediendo a l largo de mi vida.
Muchas gracias, cómo siempre y hoy más.
Abrazo inmenso.

A veces sucede, que en medio de las reflexiones profundas, las dudas y los cuestionamientos, llega alguien con palabras sencillas que tocan el corazón. Seño, no sabes cuánto significa saber que estas publicaciones, más allá de teorías y debates, llegan a ser una fuente de paz para alguien. Porque, al final, ese es uno de los propósitos más importantes: aportar luz, calma y una oportunidad para mirar nuestra vida con otros ojos.

Gracias a ti, Seño, por compartir esta energía tan bonita y por recordarnos que en lo simple, en esa paz que encontramos al reflexionar sobre nuestra propia experiencia, está gran parte del aprendizaje.

Abrazo inmenso de vuelta y que esa paz que sientes hoy te acompañe siempre Seño.

Usted que sabe tanto, podría explicarme si es verdad lo que supo decirme un hombre que estuvo el la India y vivió largo tiempo también en un monasterio.
El universo es perfecto, dicen y nunca se equivoca, pero en su perfección parece tener predilecciones curiosas. A quienes ya tienen, les regala más; a los que menos poseen, los empuja a cargar de nuevo con carencias y privaciones, como si el aprendizaje solo les correspondiera a ellos. Es como si supiera perfectamente cómo volver a herir al dolorido y cómo añadir nuevas sonrisas a quienes ya ríen. Esa perfección, tan alabada, parece diseñada para mantener siempre a algunos en el gozo y a otros en el desafío constante, dejando en el aire la sensación de que la balanza rara vez apunta al equilibrio.
¿Dígame usted si acaso eso no es lo que nos pasa a todos?
Gracias buen hombre ¿o prefiere le llame hermano?
Soy de Madrid, de Vallecas

Ay Andrés! Primero, gracias por compartir algo tan lleno de sensibilidad e inteligencia. Lo que planteas es un cuestionamiento que toca fibras muy íntimas de lo que entendemos sobre la vida, la justicia divina y el equilibrio universal. Y, la verdad, no es fácil responder algo así, porque las palabras se quedan cortas frente a lo que el corazón siente.

Lo que mencionas sobre el universo y su aparente «preferencia» por quienes ya tienen, es algo que muchos hemos pensado alguna vez. Parece como si quienes están en la cima siguieran recibiendo bendiciones, mientras quienes cargan con dificultades, encuentran nuevas piedras en su camino. A simple vista, sí, parece injusto. Pero quizás, si miramos con ojos más amplios, podemos encontrar un trasfondo que no es evidente a primera vista.

Una perspectiva para reflexionar es que el universo, en su perfección, no actúa desde la lógica de la «recompensa o el castigo» que solemos aplicar desde nuestra mirada de hombres. Más bien, opera desde un profundo entendimiento de lo que cada alma necesita para su evolución, aunque desde nuestra experiencia terrenal nos cueste comprenderlo o aceptarlo. A veces, quienes enfrentan grandes desafíos tienen también una gran fortaleza interna que desconocen y esos desafíos son el puente para descubrirla. De igual forma, quienes reciben más gozo o abundancia no están necesariamente libres de aprendizaje; su lección puede estar en compartir, en agradecer o en no perderse en las comodidades de la vida.

Pero, ¿eso es fácil de aceptar cuando estamos en medio del dolor o la carencia? No, en absoluto. Y es allí donde tu pregunta resuena tan fuerte. Porque, aunque podamos hablar de lecciones, equilibrio y propósito, la verdad es que el sufrimiento a menudo parece desproporcionado. Y quizás la clave está en recordar que el «equilibrio» del universo no siempre ocurre dentro de una sola vida, sino en un entramado mucho más amplio que abarca múltiples experiencias y existencias.

Tu comentario me invita también a pensar en la compasión, Andrés. Si sentimos que la balanza no apunta al equilibrio, tal vez nuestra tarea como seres humanos sea convertirnos en agentes que inclinen esa balanza hacia el amor, la ayuda y la solidaridad. En un mundo donde el universo parece, a veces, añadir más carga a los cargados, quizás nuestra misión sea aliviar ese peso y demostrar que, aunque no podamos cambiar las reglas universales, sí podemos transformar la experiencia de quienes nos rodean.

Por último, me halaga profundamente que me llames buen hombre o hermano y te devuelvo el gesto con la misma calidez. Desde aquí, un saludo enorme a ti y a Vallecas, un lugar que siempre me ha parecido lleno de vida y alma. Gracias por tus palabras, que son una invitación a seguir reflexionando y a mirar la vida con más profundidad.
Abrazo de viento a la distancia hermano y buen hombre.

Cada hormiga lleva la memoria de todo el hormiguero aunque sólo cumpla una función en él; cada célula es lo mismo en un cuerpo llevando la memoria celular.
No hay hormigas guias y te digo algo más, las hormigas buscan hojas para subsistir, nosotros buscamos las religiones y lo espiritual también para lo mismo
Y que grande el Rayito💪
Alabí! ¡Alabá!
¡El Rayo Vallecano!
¡Ra, ra, ra

Vamos mi rayito💪
Pobres de dinero pero millonarios de humildad y sentimiento ❤️‍
Rayito de mi corazón 💪💪💪

¡Claudio! No se que pensará Andrés, pero a mi me parece que has brindado una gran relación para yo aportar algo más.

Qué metáfora más interesante la de las hormigas y el hormiguero, tiene mucho para reflexionar.
Es cierto, cada una cumple su función con la memoria del conjunto y quizás nosotros hacemos algo similar en esta red de aprendizaje y experiencias que llamamos vida.

Tu comparación con las religiones y la espiritualidad como formas de subsistencia también da en el clavo: buscamos lo que necesitamos para alimentar el alma, así como las hormigas buscan hojas para sobrevivir.
¿No lo has pensado de esa manera?

Y qué cierre más épico con el Rayo Vallecano, ¡ahí sí que me has arrancado una sonrisa! ¡Alabí, alabá, el Rayo siempre con fuerza! ¡Gracias por tu comentario tan enriquecedor!

Son lindas las leyes que cuentas, pero no son las leyes universales, que son las de la tabla esmeralda y tú citas otras que les llamas también universales y después de seguirte en tus reflexiones del karma, el darma y las leyes, una sola cosa te puedo decir, que los guias o maestros nunca están cuando los necesitamos. A veces estamos hasta el coño, le pedimos una respuesta y nos las dan en una mariposa volando en medio de una plaza, solamente a ellos se les podría ocurrir que alguien mal, lleno de heridas podría fijarse en ello. Por consiguiente, mandar una mariposa o nada es la misma miérda. Nada
No responden ni siquiera dicen no, y digo ni siquiera porque a veces decir no, es una respuesta que nos ayuda y nos guía. No diría por ese camino no.
Sabes que son muy lindos tus artículos, se nota pones mucho en hacerlos pero mejor son las respuestas que das, las explicaciones, me encanta leerlas.
Un beso grande

Ana Lucía, gracias por tu honestidad. Tus palabras también resuenan con muchas personas que, en sus momentos más oscuros, sienten exactamente lo mismo que describes. Y te entiendo perfectamente. Cuando estamos en el fondo del abismo, una mariposa volando o una señal vaga puede sentirse como una burla del universo en lugar de una guía. Es muy cierto eso que dices, salvo sepas utilizar métodos de comunicación más directos como el tarot o el péndulo, no hay manera de encontrarlas. Siempre recurren a la sutilidad para darnos respuestas (una pluma, una hoja que cae, una brisa, algo que nos llama la atención) y es tan cierto que en esos momentos donde el mundo nuestro está patas arriba, nos enceguece la tristeza o el dolor, sería imposible pensar “interpretar” esas señas.

Agradecerte por tu sinceridad, porque tus palabras son una llamada a la reflexión. ¿Qué sentido tiene hablar de guías, de leyes o de sincronías cuando la desesperación nos cubre como una sombra? ¿Cómo pedirle a alguien que mire el vuelo de una mariposa cuando lo único que quiere es una respuesta clara y tangible? Tienes razón en señalar que a veces necesitamos algo más concreto, algo que no sea interpretativo ni simbólico, algo que nos diga: “Este es el camino, por aquí ve.”

Ahora bien, sobre tu apreciación sobre las leyes que yo he llamado como de los sabios y el contraste con las de la Tabla Esmeralda, es cierto que estas no son las leyes universales “clásicas”, sino más bien principios que invitan a reflexionar sobre nuestra experiencia en la vida. No buscan contradecir otras enseñanzas ni siquiera ponerse a la altura de las leyes universales, sino sumar una perspectiva más. Y aquí entra el punto clave: las leyes, sean cuales sean, no siempre se sienten útiles cuando lo que necesitamos no es una idea abstracta, sino una solución directa. Cuando duele, cuando las heridas están abiertas, todo esto puede parecer poco más que palabras bonitas.

Sobre los guías y maestros, te digo algo más: muchas veces sentimos que no están, que no escuchan, que nos dejan solos. Pero quizás el problema está solo en que ellos, utilizan una manera de dar respuestas que dista años luz de la manera en que deberían hacerlo y la forma en que nosotros esperamos sus respuestas. Lo digo con cuidado, porque entiendo que el dolor también nos ciega y las señales sutiles parecen insuficientes.

Dicho esto, también coincido contigo en algo muy importante: un “no” claro y directo sería mucho más útil que una señal difusa. Muchas veces desearíamos una guía más firme, menos ambigua. Y aquí, el único consejo que puedo ofrecerte es que quizás no siempre entendemos las respuestas en el momento que las recibimos, pero eso no las hace menos reales. Aunque, claro, esto no quita la frustración legítima que sientes.

Por último, gracias por valorar las respuestas que doy. Son sinceras, como la tuya y nacen del deseo de conectar y aportar algo a quienes se toman el tiempo de compartir sus pensamientos aquí.

Un abrazo grande también para ti, Ana Lucía y te dejo una reflexión personal: en esos momentos donde todo parece vacío, cuando las señales no llegan o parecen inútiles, a veces la respuesta más poderosa está en la paciencia con nosotros mismos. Quizás ahí es donde los guías verdaderos susurran, en nuestro corazón,
Cuando un ciego caminando solo se cae, asume su error en silencio, pero si trastabilla acompañado, siempre la culpa será de quien lo acompaña y eso también es ley.

Sabes que ocurre en realidad, que si has venido leyendo al sabio, hace mucho viene hablando de los guías espirituales y de los no tan buenos guías, desde hace varios meses y ahora medio que con las leyes cierra pero me parece que con nuestras propias opiniones lo hemos descojonado al tema para otro lado 😂
Y sobre las leyes, coincido contigo no son las leyes universales pero tampoco él dice que lo sean 😉

Gracias Alicia y te aseguro tienes razón en que pensaba cerrar esta serie de temas hilvanados con estas leyes y cambiar a las plantas sagradas, pero sin dudas hay muchas inquietudes y muchas dudas como para dedicarle una publicación especial a hablar de los guías espirituales y del yo superior, será la semana entrante.
Abrazo grande de viento para ambas y muchas gracias por sumar opiniones y nuevas aristas a esta conversación.

esa frase de cuando un ciego caminando solo se cae, asume su error en silencio, pero si se cae acompañado, siempre la culpa será de quien lo acompaña «es ley» es un caño

En el contexto de los guías espirituales, la comparación es muy buena. Si el ciego simboliza al ser humano y el acompañante a los guías, nos plantea una gran verdad: cuando caminamos solos, asumimos la responsabilidad de nuestras caídas. Pero cuando confiamos en alguien más para guiarnos, las expectativas cambian y fácilmente proyectamos la culpa en ellos si algo sale mal.

Esto nos lleva a una reflexión más amplia sobre la relación entre nosotros y nuestros guías espirituales. Aunque están allí para ayudarnos, no están para decidir por nosotros y muchas veces también la juegan de simples espectadores.

Es una frase sencilla pero con un trasfondo que toca fibras. ¡Gracias por traerla al diálogo! Nos deja mucho para pensar.

Hay algo más allá del tema que no deja de llamarme la atención, que se trata de las leyes de los sabios y todos comentando sobre los guías espirituales 🤔
Extraño no🤔
Será que me parece a mí o es tema que a muchos nos apetecería leer de ti.
Abrazo grande 🤗

¡Qué buena observación, Rebeca! Tienes toda la razón: en la publicación hablamos de las leyes de los sabios y la conversación de manera impensada en los comentarios, tomó un giro inesperado hacia los guías espirituales.
Tal vez sea porque, al hablar de leyes que rigen la vida, inevitablemente surge la curiosidad sobre quiénes nos acompañan o guían en este camino.

Es como si las reflexiones sobre las leyes de los sabios nos llevaran a preguntarnos sobre aquellos que podrían ayudarnos a entenderlas mejor.

Prometo que lo tomaré como tema, porque los guías espirituales y el Yo Superior no solo generan interés, sino también muchas preguntas que vale la pena abordar con calma. Son cuestiones que, como has visto en los comentarios, están muy presentes en el corazón y la mente de quienes buscan comprender más allá de lo visible.

Por ahora, me parece que lo hermoso de estas conversaciones es cómo los temas se entrelazan y cómo, a través de las preguntas y las reflexiones de todos, vamos descubriendo capas más profundas de lo que nos inquieta o nos inspira.

Gracias por señalarlo con tanta claridad, Rebeca. ¡Es un tema que definitivamente merece su propio espacio! Postergaremos las plantas sagradas entonces, para hablar de ello.

Abrazo inmenso para ti también. 🤗

Los guías espirituales al final son buenos o son de los grupos de los malos, hablas como si fueran a veces lo mismo y otras diferentes.
Y ya que pregunto, pregunto por más, entonces hay guías espirituales y también un yo superior. Pregunto porque pensaba era lo mismo.
Me atrapaste con estos temas y no puedo salirme jaja

Qué interesante lo que planteas, Ofelia! Y qué bueno que te dejes atrapar por estos temas porque justamente es a través de preguntas como las tuyas que podemos profundizar y reflexionar juntos.

Primero, te cuento de los guías espirituales y su dualidad. En los mundos como el nuestro, donde impera la dualidad (luz y oscuridad, amor y miedo), también hay diferentes tipos de guías espirituales. Los guías de la luz son aquellos que buscan nuestro crecimiento espiritual, nos inspiran a vivir desde el amor, la compasión y la sabiduría.
Por otro lado, existen seres que podríamos llamar guías de la oscuridad, aunque el término puede ser confuso. Estos no necesariamente buscan nuestro bien mayor, sino que pueden intentar desviarnos, manipularnos o mantenernos atrapados en patrones de sufrimiento o ignorancia. Algunos los relacionan con los llamados arcontes o con energías de baja vibración que se alimentan de emociones como el miedo, el enojo o la tristeza; los católicos y varias religiones evangélicas, les llaman también demonios, los gnosticos demiurgos, pero todos apuntan a lo mismo.

Aunque puedan influir en nuestras decisiones, también cumplen una función en la dualidad: nos retan, nos confrontan y, al hacerlo, nos ayudan a tomar conciencia de nuestras sombras y a elegir conscientemente un camino diferente.

Ahora bien, la confusión entre los guías y el Yo Superior es muy común y tiene sentido que te lo preguntes. El Yo Superior no es un ser externo como los guías, sino nuestra parte divina, esa conexión directa con la Fuente o el Creador. Es la versión más elevada de nosotros mismos, libre de ego y limitaciones terrenales. Si pensamos en el Yo Superior como un faro, podríamos decir que los guías espirituales (de luz) son los compañeros que nos ayudan a navegar el camino hacia esa luz, mientras que el Yo Superior es la esencia misma de esa luz.

Y ahora una pequeña reflexión: a veces confundimos las señales del Yo Superior con las de los guías porque ambas llegan desde un lugar más allá del ego. Pero mientras el Yo Superior nos habla desde dentro, los guías lo hacen desde fuera, por eso hay que tener mucho cuidado y prestar atención quien o quienes nos dan «la guía».
Gracias por abrir este espacio de conversación tan rico, Ofelia. Si te han atrapado estos temas, ¡te aseguro que aún hay mucho más por explorar!
Te mando un gran abrazo de viento

Hace mucho tiempo que llegué a desconfiar de todas esas voces o ayudas, me parece la mejor manera de evitar nos engañen o nos vendan gato por lebrel.
Pero esa voz interna o del corazón no son otros seres, somos nosotros mismos quienes nos guiamos.

Ricardo, tu punto de vista es muy válido y profundo. Esa voz interna que mencionas, la del corazón, es sin duda una guía poderosa y genuina, ya que conecta con nuestra esencia más pura. Escucharla con atención puede ser el camino más seguro para evitar engaños y mantenernos fieles a nosotros mismos.

Quizá los guías espirituales, en muchos casos son como simples veedores que no se meten en nada, no están para imponerse, ni tampoco supongo les agrada pisar el barro de nuestars vidas.

No olvides que esa fuerza interior, siempre ha estado dentro de nosotros. Gracias por compartirlo, es una reflexión muy enriquecedora.
Te dejo un gran abrazo de viento.

Un guia jamás se identifica como tal y cada una de sus ayudas las establece con hechos.
Los verdaderos y hablo de los guias de luz, se hacen ver como amigos que estan iluminando el camino pero jamas lo recorreran por ti. Ellos respetan profundamente tu libre albeldrío, jamás te dicen que hacer, te pueden orientar mostrandote un mapa neutral de tu situación actual, pero luego eres tú quien toma la decision.
Y una pregunta, ¿te parece normal que las personas que empiezan con estos temas de espiritualidad se pongan a subir historias a Instagram en las cuales afirman que ellos son seres de luz y el resto de personas somos reptiles y entes demoníacos? ay muchos así y me parece un pensamiento un poco subido de ego casi rozando el nacismo

Loquillo, lo que dices tiene mucho sentido y muestra una comprensión profunda sobre lo que significa realmente un guía de luz. Esa actitud de respeto hacia el libre albedrío y de acompañamiento sin imposiciones es lo que diferencia a un verdadero guía de cualquier otra influencia que busque controlar o manipular.

Sobre tu pregunta, estoy de acuerdo en que esas actitudes pueden ser preocupantes. Cuando alguien se siente «superior» espiritualmente y clasifica a los demás de manera despectiva, está cayendo en el ego, que es precisamente lo opuesto al propósito del camino espiritual.

El verdadero crecimiento espiritual debería llevarnos a la humildad, a la empatía y a reconocer que todos estamos en nuestro propio proceso de aprendizaje, sin juicios.

Esa tendencia de «seres de luz vs. reptiles» suele venir de malentendidos o interpretaciones literales de ciertas enseñanzas y como bien dices, puede llegar a rozar ideas peligrosas. Al final, un camino espiritual auténtico nunca divide, sino que une y busca el bienestar común.
¡Gracias por traer una reflexión tan necesaria!

No tengo muchos años pero son varios ya los que vengo trabajando o tratando de crecer en mi propio camino espiritual y ¿sabes cuantas veces pude hablar con mis guías espirituales? Cero, ninguna y ¿sabes cuantas veces lo intenté? Muchas, muchísimas y siempre Ni (ni si ni no)
Hace mucho fui con una mujer que abre los registros akashicos y ¿sabes que me dijo? Que mi cordón dorado que comunica mi energía con la divina está roto o bloqueado 😢
Y ¿sabes que solución me propuso? Que pidiera a los seres de luz que lo sanaran.
Pedí mucho hasta que descubrí era una gilipollada lo que hacía, pedía y mis plegarias jamás llegaron justamente porque debían subir por el mismo cordón dorado roto.
¿Se te ocurre algo?

Lorena, gracias por compartir lo que has vivido; se siente la sinceridad y el esfuerzo que has puesto en tu camino espiritual.

Entiendo que lo que mencionas puede ser frustrante y hasta doloroso, porque todos buscamos esa conexión y claridad. Pero déjame decirte algo: nadie puede cortar o romper lo que verdaderamente eres.
Esa conexión divina de la que hablan no está afuera; está en tu interior, porque tú eres parte de esa misma energía divina y desde tu interior se conecta con tu parte divina superior; esa conexión es la que le llamamos cordón dorado.

A veces, los métodos que nos proponen no resuenan con nosotros y está bien dejar atrás lo que no nos ayuda.

Quizás la respuesta no está en pedir, sino en simplemente confiar en que la conexión ya existe, sin necesidad de intermediarios. Tal vez la sanación que buscas comienza al reconocerte como suficiente, completa y digna de esa luz que nunca te ha dejado. Además que así como hay una parte divina de ti, fuera de este plano (tu yo superior), hay una parte divina en tu interior, tu chispa divina y cualquiera bien puede sanar, reparar y hasta crear mil cordones si es su voluntad. Para la divinidad no hay imposible y una parte divina está en tu interior; no acudas entonces a la externa, acude a tu corazón y que tu divinidad interior haga el trabajo de sanación o restauración de esa vía.

A veces lo que parece como «no hay respuesta», puede ser simplemente una manera de mostrarte que ya la tengas dentro tuyo para que la descubras. A veces la conexión más poderosa ocurre en el silencio y en el acto de abrazar nuestra propia esencia.

No te rindas. Y por si no lo has notado, estás de pie y una chispa esencial de esa divinidad que deseas conectar, eres tú, vive en ti, Dios habita en tu corazón.
Un gran abrazo de viento Lorena.

Es muy lindo lo que dices pero pedimos para cambiar las cosas o una realidad que sentimos nos agobia y si la solución es simplemente no pedir, entonces la respuesta es no hacer nada y dejar que todo siga siendo lo mismo.
Disculpa pero no estoy de acuerdo contigo

Lorena, agradezco mucho tu sinceridad y tu punto de vista, que es completamente válido.
Entiendo lo que dices: cuando estamos en medio de una situación difícil, lo que menos queremos es resignarnos o quedarnos sin hacer nada.
La intención de mi respuesta anterior no era sugerir en ese «no pedir» que no hagas nada, sino recalcar que el acto de pedir no debe ser una forma de dependencia o desesperación, sino de conexión y apertura.
Tal vez lo que podríamos ajustar es la perspectiva. Pedir está bien, pero también actuar y observar los pequeños cambios que ocurren a nuestro alrededor.
Y tomando tu punto de partida inicial donde no podías comunicar tu parte divina superior con tu parte divina interior por ese tan singular cordón dorado, la sugerencia que te dejaba era no pedir a la parte que está fuera de ti, sino a tu interior y que esa parte divina tomase tu petición y la canalizara como corresponde.

Los guías espirituales o la divinidad no suelen darnos soluciones directas; más bien nos inspiran, nos abren puertas, o nos muestran caminos que no habíamos considerado. Pero al final, siempre somos nosotros quienes tenemos que dar los pasos necesarios.
Tu desacuerdo es una invitación para reflexionar más profundamente y lo valoro mucho.

Espero haberme explicado mejor 🙏
Te dejo un gran abrazo de viento.

Todo eso de los guías, los espíritus que las cosas dicen tiene es todo una mierda, todo un invento.
Antes era dios, Jesús, la virgen y los santos y nada de ese rollo de ahora.
Yo antes era creyente, pero dejé de creer en todo, creo de dios pero a mi manera y ni rezo ni voy a misa ni escucho pastores o curas.
Me parece lo mejor al menos a mi

Concha, gracias por compartir tan sinceramente tu perspectiva.
Es cierto que muchas personas encuentran su conexión con lo divino de formas únicas y personales, alejándose de estructuras religiosas tradicionales. Creer «a tu manera» no deja de ser un acto profundo de búsqueda y autenticidad, porque al final lo importante no es seguir un modelo impuesto, sino vivir en coherencia con lo que sientes y piensas.

No hay un único camino hacia lo espiritual; cada quien encuentra el suyo y si el tuyo es este, es igual de válido y respetable.
¡Un abrazo!

Ramón, qué pregunta profunda y digna de reflexión has dejado. La diferencia entre esperanza y expectativa puede parecer sutil, pero es esencial.
La esperanza es como un río tranquilo que fluye desde la confianza, aceptando lo que venga con fe en que será lo mejor para nuestro camino.
La expectativa, en cambio, a menudo se arraiga en el deseo de un resultado específico y cuando no llega, nos genera frustración.

Cuando buscamos comunicarnos con nuestros guías, tal vez la clave esté en hacerlo desde la esperanza: abrirnos al mensaje que llegue, en el momento que deba llegar, sin intentar controlar cómo será.

Al final, los guías no siempre responden como esperamos, pero siempre nos dan lo que necesitamos. Aunque también es verdad que muchas veces ni responden ni siquiera acusan recibo.
¿Qué piensas tú?
Te dejo un gran abrazo de viento

Es curioso como de la primera idea que expresaba el post, tal como inicios y finales( que no entiendo , como lineales en el tiempo ,a ninguno de ellos…), de abrir y cerrar puertas ,en un tiempo en el que lo normal parece ser dejarlas abiertas de par en par e ir en busca de más puertas… Se ha terminado poniendo en tela de juicio, a los pobres guías, que menuda paciencia que tienen!! , al menos los míos…
Las señales!! … He tenido unas cuantas, así ,que si tengo que dar un consejo, sería: después de pedir una señal, no la busquéis… Solo creer que la encontraréis en su momento. Ya que si estás buscando, todo te parecerán señales y al final no darás por válida ninguna…
Esperanza o expectativas?… Yo prefiero la esperanza, pero hay quienes dicen ,que no hay que tener ni lo uno ni lo otro.
Me sorprende lo bien que capeas el temporal, de gente incrédula o dolida, cada cual de sus batallas, todas duras y difíciles, qué bien agradecidos deberían de estar al leer tus respuestas, amables y positivas … Será tú dharma este?,,, no lo sé , pero lo haces muy bien, Guille,,, en verdad, te lo digo.
Cada uno seguimos con nuestras batallas, muchas veces, quemando puentes, para que no haya vuelta atrás posible… Solo una dirección, hacia adelante… Agarrando la mano de quien nos la ofrece, por supuesto que sí.
Tus poesías siguen conmoviendo, en la parte que se entienden, por esta cabeza tan dura….
Por hoy, es suficiente…
Un gran abrazo en la distancia!!

Gracias, Lagartija Brava, por tu reflexión tan profunda y sincera.
De verdad te digo, estoy seguro y convencido que lo mejor de una publicación está en los comentarios y ya ves éste, hablamos de las leyes de los sabios y el 99% de los comentarios y preguntas apuntando a los guías, de hecho, es el próximo tema, cuando la idea era hablar de las plantas sagradas.
Y entonces necesariamente para ser sincero con uno mismo, es tan o más importante dedicarle todo el empeño y esfuerzo a una respuesta, quizás más que a la misma publicación; caso contrario, si no existiera esa voluntad, tampoco tendría sentido el publicar. Y te aseguro que aprendo más en las preguntas o en la búsqueda de respuestas para dar, que leyendo quizas un libro. Siempre se aprende de a dos en estas cosas.

Hay almas muy heridas, tristes, desesperenzadas y cuando le abres la puerta a sus dudas te las traen a todas, es parte de las reglas del juego.

En cuanto a la esperanza frente a las expectativas, me gusta tu postura. La esperanza es más liviana, nos mantiene abiertos sin imponer condiciones al resultado, mientras que las expectativas a menudo nos encierran en una imagen fija que puede no cumplirse.

Como tú bien señalas, hay quienes dirían que no deberíamos tener ni una ni otra, pero quizá eso dependa de cada camino y de cómo elegimos vivirlo.

Gracias por sumar tus palabras y enriquecer el tema con tus vivencias. Aquí seguimos, aprendiendo de a dos, como bien digo.

Te dejo un abrazo gigante y esperemos desandar juntos un año 2025 mejor

Siempre he pensado que los guías esos son ángeles, antes, mi madre me dijo todos teníamos un ángel de la guarda.
Y al ser ángeles, se comunican como ángeles y por eso nosotros no los podemos comprender.
Menudo chiringuito se hizo el tema este

Carlota, tu comentario me parece muy interesante porque conecta creencias tradicionales con nuevas formas de interpretarlas.

La figura del ángel de la guarda que mencionas es una imagen poderosa que muchas personas han crecido escuchando y no está tan lejos de lo que algunos llaman guías espirituales.
Al final, ambos conceptos apuntan a una presencia protectora que nos acompaña y vela por nosotros.

Me parece que lo que dices sobre la comunicación es clave: si esos guías o ángeles se comunican desde una forma de existencia diferente a la nuestra, es lógico que no siempre podamos entenderlos con claridad. Quizás no es tanto que no podamos comprenderlos, sino que necesitamos desarrollar un lenguaje interno que les dé sentido.
Es un aprendizaje constante.
Y sobre el «chiringuito» del tema, no estás sola en pensarlo, porque este campo de lo espiritual a menudo mezcla tradiciones, creencias y experiencias personales. Quizás el reto está en tomar lo que resuena con nosotros y dejar el resto.

Gracias por aportar tu reflexión, te dejo un gran abrazo de viento a la distancia

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