El discernimiento espiritual, la varita mágica que tienes en tus manos y no has sabido ver.
«Cuando la mente calla, el alma habla. Cuando el corazón escucha, la verdad se revela.»
Volver a la senda
Después de una pausa impuesta por la vida y sus enseñanzas, retomamos el sendero de la palabra compartida, con la intención de sumar reflexión, conciencia y presencia en esta gran mesa de la vida. Hoy abrimos un nuevo tema, delicado y necesario: el arte del discernimiento espiritual.
¿Qué es el discernimiento espiritual?
Es la habilidad del alma para distinguir entre lo que vibra con nuestra verdad más profunda y lo que no; entre una enseñanza genuina y una impostura. En tiempos donde la espiritualidad se ha vuelto un escaparate lleno de recetas rápidas, títulos rimbombantes y promesas de iluminación exprés, aprender a discernir se convierte en una medicina urgente.
Una sabiduría que no se estudia
El discernimiento espiritual no se aprende leyendo libros ni memorizando frases. No hay fórmulas. No hay gurús que te lo puedan dar, ni rituales que te lo aseguren. Es un don que despierta en lo profundo del ser cuando el ego se aquieta y el corazón se vuelve claro como un espejo.
Diferenciar la sabiduría del dogma
Muchos creen que el discernimiento es una especie de radar para detectar fuerzas del mal o energías negativas. Otros lo entienden como una prerrogativa divina otorgada a unos pocos «elegidos». Pero no es ni lo uno ni lo otro.
El discernimiento no es la capacidad de identificar demonios, sino la de reconocer lo verdadero. Es el arte de escuchar la voz interior más allá del ruido externo. Es saber cuándo una enseñanza eleva, despierta, sana… y cuándo simplemente seduce o domina.
El mundo está saturado de información espiritual, pero escaso de discernimiento.
En un mundo sobrecargado de contenido espiritual —videos, cursos, mantras, técnicas—, muchas veces carecemos de claridad. ¿Qué es real? ¿Es imitación? ¿Qué sana? ¿Qué manipula?
Cuando la vida carece de discernimiento, confundimos autoridad con sabiduría, carisma con verdad y poder con conciencia. Nos perdemos.
Cuidado con el dogma religioso
El dogma religioso ha usado muchas veces la espiritualidad como herramienta de control. Nos dice qué creer, cómo comportarnos, a quién temer y a quién venerar. Pero esa no es la voz del alma. Esa es la voz del sistema que teme perder el control.
La verdadera espiritualidad no impone, invita. No exige obediencia, despierta coherencia.
La voz interior: brújula sagrada
Tu guía más certera no es externa. No está en el gurú, el pastor, ni en el chamán, ni en el libro sagrado. Está en ti. En tu capacidad de permanecer en silencio, de escucharte con honestidad y de sentir cuándo algo te expande o te contrae.
Tips para desarrollar el discernimiento espiritual
Practica el silencio: Solo en el silencio interno se filtra la verdad.
Escucha tu cuerpo: El alma se expresa a través de él. Si algo duele, no vibra.
Observa sin juicio: No concluyas rápido. Mira con ojos nuevos.
Haz preguntas incómodas: Si algo no te cierra, no lo fuerces. Investiga.
Evita el fanatismo: Lo que te exige renunciar a ti, no es luz.
Honra la duda: Es una puerta. No te apresures a cerrarla.
El discernimiento como camino de integridad
El discernimiento espiritual no es solo una herramienta, es una forma de vida. Es caminar con sabiduría y con integridad de corazón. Es no traicionarse, ni por miedo, ni por pertenencia, ni por comodidad.
Nadie te salva desde afuera
Todos los rituales, herramientas, guías y caminos existen, sí. Pero no son fines. Son medios al servicio de algo más grande: tu propia conexión con lo divino. No hay intermediarios en ese vínculo sagrado. Hay señales, hay puentes. Pero el camino lo recorres vos. Solo vos.
A modo de conclusión
El discernimiento espiritual es el faro que guía en la niebla. Es la voz que susurra cuando todo afuera grita. Es la forma más clara de libertad: la de vivir en coherencia con lo que realmente somos.
Oración: la voz del alma
Que mi alma recuerde su verdad en medio del ruido. Elija lo que me expande, no lo que me encadena. Pueda distinguir el amor del miedo, la enseñanza del control, la luz verdadera del brillo superficial.
Que camine con ojos despiertos Y corazón íntegro, Siendo mi propio altar, mi brújula sagrada, mi templo vivo.
Que así sea, que así vibre.
Feliz Vida 😊
Las fotos están en su rinconcito 📷
6 respuestas a «EL ARTE DEL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL»
Siempre, siempre sale el sol.
Abrazo infinito, Sabio.
Querida Keti:
Y aunque a veces se esconda, el sol no se apaga…
Gracias por recordarlo siempre, como quien enciende faroles en el alma.
Abrazo de esos que no tienen final 🌞💛
Que alegría Sabio, de leerte y de disfrutar de tú compañía y tus reflexiones. Pienso que te habrás recuperado y lo celebro, amigo.
Has vuelto a tú mesa redonda, con un tema interesante, ideal para pensar.
El discernimiento puede llegar de diferentes formas, pero también podemos confundirnos si llega de forma errada y la tomamos como válida. Cosa que ocurre muchas veces. Hablo por mí.
Así que se podría abrir un nuevo hilo con: ¿Como saber si estamos en lo cierto, con lo que creemos haber discernido?
Por otro lado…
No creo en lo que me digan las religiones, lo tengo en cuenta, pero no vibro con ellos… Quizás, con el tiempo ,he descubierto que soy espiritual, de alguna forma propia y personal, a mí manera.
Hay que huir de las ideas preconcebidas. Preguntar, dudar, pensar por uno mismo. Como bien decís, ser coherente con uno mismo. Poner en la báscula, lo que se entrega, lo que se recibe, lo que se sacrifica… Debe ser respetable la coherencia de cada cual… Se podría hablar largo y tendido sobre niveles de entrega y sacrificio, lo sé… Pero lo más importante es, la balanza. .. que es propia e irremplazable… Para lo bueno y para lo malo..
Siempre es un placer intentar discernir lo que hace mover los engranajes de una mente tan perspicaz, compleja y sabía como la tuya… Aunque sea trabajo imposible, jajaja…
Cuidate mucho!!… Te lo digo de verdad, amigo y gracias por nutrirnos con sabiduría.
Abrazotes!!
Qué alegría leerte de nuevo, amigo de la mesa grande, compañero de tantos fuegos encendidos.
Sí, estoy mejor, gracias por ese abrazo que llega envuelto en palabras buenas. Recuperarse también es volver a estos espacios donde todo cobra sentido.
Decís algo vital: el discernimiento puede iluminar… o confundir. A veces creemos haber comprendido y solo estamos viendo lo que queremos ver. La pregunta que abrís es de oro: ¿cómo saber si hemos discernido desde el alma o desde la mente que acomoda?
Tal vez ahí aparece lo que llamo la brújula interior: si lo que comprendimos nos da paz, nos hace libres, nos alinea con lo que somos, entonces probablemente no estamos tan lejos del alma.
Celebro que camines tu espiritualidad a tu manera, sin moldes. Eso también es discernimiento. Separar lo que te da luz de lo que repite sin vibración. Dudar, preguntar, escuchar sin entregar el timón: no es rebeldía, es coherencia.
Y otra gran verdad, la balanza es única, como decís. Cada quien sabe lo que pone y lo que recibe, lo que entrega y lo que pesa. El alma no negocia su libertad, pero siempre está dispuesta a aprender.
Gracias por estar, por quedarte, por nutrirme también con tu visión.
Un abrazote con viento limpio y gratitud sincera 🤗
El discernimiento espiritual, para mí, querido amigo, es el arte de escuchar con el alma: no lo que grita el miedo, sino lo que susurra la verdad. Es elegir desde la paz, no desde la urgencia. Ver claro, sin que el corazón se nuble. Abrazo a la distancia.
Querida Gabriela, tus palabras son como agua clara para el alma sedienta.
Qué verdad tan luminosa encierra eso de escuchar no lo que grita el miedo, sino lo que susurra la verdad… Porque la verdad rara vez se impone: simplemente es, suave, serena, y quien tiene el corazón abierto la reconoce sin esfuerzo.
Elegir desde la paz y no desde la urgencia es, quizás, uno de los mayores desafíos del alma en este tiempo de tanto ruido. Pero también es ahí donde se revela el verdadero discernimiento: en ver claro sin que el corazón se nuble, en detenerse a sentir antes de decidir, en no confundir impulso con intuición.
Gracias por recordarnos que el alma siempre sabe, aunque a veces hable bajito.
Un susurro de gratitud por tu luz… y un abrazo de viento a la distancia 🤗